La participación juvenil y sus desafíos

Primer Trimestre
Boletin de Divulgación
Escrito por: Lic. Vanessa Rodríguez Camacho
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La participación de los joven es importante y esencial dentro de la organización de la vida social y humano, ya que en ella es donde tienen su realización individual, colectiva y comunitaria, fortaleciendo el procesos de integración en la sociedad, dentro del cual se ven obligados a expresar su criterio para la racionalización de los problemas estructurales del país, donde la vida democrática se ve reflejada en los mecanismos y espacios de participación política, teniendo como fin la construcción de la política pública, pues recordemos que los jóvenes representan 29 % de la lista nominal nacional conformada por ciudadanos de entre 18 y 29 años de edad y que ellos serán quienes lleven el futuro de la sociedad en México.

Está claro que la participación de los jóvenes constituye un camino esencial para avanzar dentro de la vida en democracia, ya que estos implican la participación de una manera activa en la política del país, ya que las políticas de los jóvenes en gran parte están orientadas y dirigidas para fomentar la participación social y política de este grupo, facilitándoles la utilización de los canales habituales creados para tal fin a través de instituciones y gastos públicos. Si bien estos canales constituyen una de las bases fundamentales para la supervivencia del sistema político. Además de entender la participación de los jóvenes sólo a través del relevo generacional puede conducir a la inamovilidad de las formas tradicionales de participación, las cuales muestran una eficacia cada vez más baja para incentivar mayores niveles de implicación ciudadana y para captar las demandas de los diferentes grupos sociales dentro del espacio político, esto requiere un compromiso de todos los actores de la sociedad para promover liderazgos emergentes que contribuyan a una mejor calidad de nuestra democracia.

Es quizá en este punto donde la participación de los jóvenes adquiere su mayor importancia, ya que la actuación de los grupos juveniles como agentes de cambio tiene el potencial de actualizar los mecanismos para la implicación ciudadana y la captación de las demandas sociales, donde exigen oportunidades y soluciones más justas, equitativas y progresivas en sus sociedades, particularmente a través de las formas no tradicionales de hacer política. Pues recodemos que las relaciones políticas no se basan solo en un vínculo de adhesión y concordancia entre gobernantes y gobernados, sino que reconocen la posibilidad de oposición, admitiendo a su vez la existencia de un otro en conflicto. Si bien esto abre camino a escenarios de inestabilidad, también fortalece la pluralidad, incentiva la capacidad de aprendizaje del sistema político para incorporar nuevas formas de expresión y participación.

Algunos ejemplos de cómo la participación de los jóvenes ha permitido la actualización y persistencia dinámica de la vida en democracia se puede encontrar en el movimiento y organización de grupos en el cual los jóvenes son los protagonista y promueven acciones de cambio como el acceso a la educación, la salud, el empleo y la igualdad de género, entre otras problemáticas, como el de Los indignados o 15M en España, Occupy Wall Street en Estados Unidos, La Primavera Árabe en Túnez, Liba, Siria y Egipto, México no se queda atrás como el movimiento Yo soy 132. Según Irmgard Emmelhainz, el mayor aporte de los jóvenes estudiantes que participaron en dicho movimiento de coyuntura electoral fue la búsqueda de nuevas formas de intervención en la realidad social a través de la acción política y la utilización de las tecnologías de la información y comunicación, dando cuenta así de “la brecha que existe entre los procesos políticos reales y la injerencia que pueda tener la ciudadanía a través del esquema de participación que brinda el Estado neoliberal”.

A pesar de la importancia que puede tener la participación de los jóvenes en la vida democrática, es necesario que sus formas de movilización cristalicen en proyectos de visión a largo plazo, que garanticen la incidencia de sus demandas y opiniones en las cuales se reflejan las oportunidades reales que tienen los jóvenes, teniendo en cuenta factores como la globalización, la economía, el flujo de capital, la incorporación de nuevas tecnologías. Esta es una cuestión que cobra especial interés si se toma en cuenta que el programa de políticas públicas en materia de jóvenes de la nueva administración del poder Ejecutivo en México plantea, entre sus principales objetivos, el de “integrar y acelerar la preparación de una reserva de jóvenes para las actividades productivas, en previsión de un mayor crecimiento económico en el futuro próximo”. Con esto, se continúa apelando a los jóvenes como cohortes generacionales en un proceso educativo hacia la adultez, en lugar de verlos como actores que legítimamente pueden plantear necesidades sociales y realizar aportaciones al sistema político sin que necesariamente se incorporen ceñidamente en dicho sistema productivo.

A fin de cuentas, es muy importante comprender que la estabilidad de la vida en la democracia no depende de que el estado de las cosas permanezca intacto. Se necesita de la reinvención constante de las formas de participación que han perdido su capacidad para incentivar la implicación ciudadana y la inclusión de los distintos intereses sociales. En tal sentido, al reconocer a las juventudes como agentes de cambio, su propia vida y de su entorno presente, se construyen los medios para propiciar e incorporar sus formas de participación en el espacio político, así como para la persistencia y el fortalecimiento de la vida democrática.

Por lo tanto las instituciones tiene un gran reto para canalizar la participación de los jóvenes, donde tendrán que atender aspectos fundamentales como son: el empleo, la educación y la pobreza, buscando mecanismos y herramientas que ayuden a mejorar y promover sus condiciones de vida, así como soluciones que atiendan las necesidades de los jóvenes logrando que se desarrollen como líderes, y ser conductores del proceso de desarrollo económico y social los cueles les permita reducir los índices de pobreza y desigualdad, así como reconsiderar la implementación de estrategias que estén orientadas a fomentar la participación social y política de este grupo, así también facilitarles la utilización de los canales habituales creados para tal fin, con la finalidad de promover el interés hacia la participación de la juventud dentro de la vida política y democrática.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

http://www.educiac.org.mx/pdf/Biblioteca/Juventud_e_Identidad/019SerJoven_en_M exico.pdf
https://www.ceenl.mx/educacion/certamen_ensayo/septimo/MartinAlejandroGueta. pdf
https://www.redalyc.org/pdf/676/67611350007.pdf
http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/J%C3%93VENES%20Y%20DEMOC RACIA,Lorena%20Le%C3%B3n%20Sol%C3%ADs.pdf

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